miércoles, 10 de octubre de 2012


Estiman que el área de soja será récord

URUGUAY : Precios internacionales y costo de rentas aceleran el proceso de crecimiento.
La zafra de soja que comenzará en pocas semanas establecerá un nuevo récord en superficie, y probablemente en producción. Se plantarán alrededor de 1,1 millones de hectáreas. Los altos precios internacionales favorecen el crecimiento del área.
La superficie de soja va a situarse en torno a 1,1 millones de hectáreas, según estiman los operadores. Esto se debe principalmente a los altos precios a los que cotizan los granos, como consecuencia de la sequía en Estados Unidos. Pero otro factor para el aumento del área -en la anterior campaña se plantaron 868.600 hectáreas- es la baja que se dio en la superficie de cultivos de invierno, sobre todo en trigo, ya que en el momento de la siembra de este los valores eran bajos. Así lo afirmó a El País Miguel Carbajal, presidente de la Asociación Uruguaya de Siembra Directa (Ausid).
Según la reciente publicación de la “Encuesta Agrícola” dada a conocer por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), el área de soja a sembrar se estima en 883.700 hectáreas, aunque en la misma se aclara que “los datos de intención de siembra reflejan exclusivamente los planes de los productores al momento de la entrevista”.
La siembra de la oleaginosa comenzará en las próximas semanas. Los agricultores consultados por El País explicaron que entre mediados y fines de octubre -según la zona- comenzarán las siembras de sojas tempranas.
 
“Lo único que puede llegar a complicar algo las cosas es la lluvia, dificultando en parte la preparación de los campos. Las sojas de primera se suelen hacer en áreas que no tuvieron cultivos de invierno. Por ello se sembraron avenas y otras variedades, para mantener el suelo en buen estado. Estamos en época de `matar` esas especies”, indicó Carbajal.
El hecho de que se redujera el área destinada a cultivos de invierno, que en trigo bajó de 593.400 hectáreas sembradas a 437.700 en la última campaña, abre la puerta para una mayor área de sojas tempranas. Estas últimas, según explicó el operador, poseen rendimientos en el entorno a los 500 kilos más por hectárea que las de segunda.
COSTOS. Entre las limitantes existentes para el mayor desarrollo de la soja se encuentran los costos. “Aumentaron drásticamente, especialmente los fletes y en menor medida los fertilizantes. Los arrendamientos de tierras al pagarse en kilos de soja, van atados a la suba de la materia prima, por lo que a grandes rasgos se pueden absorber. Pero otra dificultad pasa por la carencia de recursos humanos para operar los modernos equipos utilizados”, afirmó Carbajal.
No todo es color de rosa de cara a la zafra de soja que está comenzando, sostuvo el titular de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), Juan Daniel Vago.
“Si bien el valor de los granos es bueno, los costos son muy altos. Esto obliga a obtener buenos rendimientos y a que se mantengan las cotizaciones tonificadas”, sostuvo Vago, quien afirmó que para “empatar” los costos de producción se deben sacar 2 toneladas por hectárea.
Las mismas precipitaciones hídricas que serían positivas, podrían convertirse, de ser excesivas, en un problema serio. “Las desventajas pueden pasar por la recolección de los cultivos debido a los problemas que las lluvias pueden causar. El otro gran problema pasa por la logística existente, que es un desastre en Uruguay debido a su deterioro. Si el clima ayuda se disimula, pero de lo contrario el mal estado de los caminos provocaría el citado problema de recolección de las cosechas, así como roturas en los camiones y por tanto demoras y pérdidas económicas”, sentenció Vago.
POTENCIAL. Con relación a lo que pueda ocurrir con el valor de este cultivo y con las existencias y demandas de los mercados internacionales, el panorama parece ser muy alentador para la soja, explicó Gonzalo Souto, analista de la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (Opypa).
“El mercado mundial está muy bien y más allá de altibajos puntuales, se mantendrá en mejores condiciones que el año pasado. Es muy posible que se den ciertos descensos en los precios, con relación a las cotizaciones actuales, en el momento que en el hemisferio sur se vuelque su producción a los mercados. Las posibles bajas, sin embargo, no serían de magnitud y los precios de todas formas serían buenos”, sostuvo.
Souto afirmó que la demanda mundial seguirá creciendo, motivada principalmente por China, como viene ocurriendo de muchos años a esta parte.
Los cambios -explicó el integrante de Opypa-, llegarían por el lado de la oferta. Los altos precios a los que los granos en general y la soja en particular, están cotizando, provocarán un aumento en la superficie dedicada a este cultivo en países productores como Argentina, Brasil, Paraguay y, por supuesto, Uruguay.
Otro elemento que empujaría al alza el aumento en el área sojera en la agricultura uruguaya, es que se darían lluvias mayores que las habituales. El hecho de que muchos productores, como consecuencia de los altos precios, estén recurriendo a las ventas en los mercados a futuro también alienta el crecimiento en área, ya que están utilizando ese dinero para poder afrontar los costos de siembra sin ningún problema, explicó Souto.

Sorgo podría perder superficie este año

También existirían tierras que pasarán de producir sorgo a soja, ya que la diferencia de rentabilidad entre ambos cultivos es alta a favor de la segunda.
Todo esto provocará que la soja vuelva a sembrarse en zonas históricamente marginales para la agricultura, como el norte y el este.
Campañas atrás, estos lugares se habían utilizado con este fin sin éxito económico, pero al crecer los valores de la soja, su producción allí se vuelve rentable.
El crecimiento, aunque en menor medida, también se daría en el litoral del Uruguay, según la visión de algunos operadores agrícolas consultados por El País.
El sorgo encontró algunos mercados y el grupo El Tejar ya está exportando esta forrajera en algunos nichos, mientras busca otros alternativos para volcar más volumen. La falta de mercados y los precios pesan en los productores al momento de tomar la decisión de cultivarlo. Es un cultivo que está muy bien adaptado a las condiciones agronómicas del Uruguay y es considerado fundamental por los técnicos para mantener las rotaciones agrícolas y mantener el recurso suelo en el marco de una agricultura granelera creciente. Los costos obligan a producir mayores volúmenes y más cultivos para pagar las rentas.

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