miércoles, 31 de octubre de 2012


El campo habla . . . . .

… que el clima sigue agudizando las complicaciones ya que, al perjuicio de verdeos, trigo, cebada y maíces tempranos bajo el agua, se van sumando el destrozo de caminos rurales, las complicaciones para sacar la leche de los tambos o enviar hacienda a los mercados, para aplicar la vacuna antiaftosa cuya segunda dosis está comenzando, [...]
… que el clima sigue agudizando las complicaciones ya que, al perjuicio de verdeos, trigo, cebada y maíces tempranos bajo el agua, se van sumando el destrozo de caminos rurales, las complicaciones para sacar la leche de los tambos o enviar hacienda a los mercados, para aplicar la vacuna antiaftosa cuya segunda dosis está comenzando, etc. Lo peor es que recién ahora se comienzan a cumplir cabalmente los pronósticos que hablaban de lluvias copiosas en primavera, pero ya hay daños de arrastre. Otros de los casos graves, además de la provincia de Buenos Aires (donde sigue lloviendo y hasta hubo fuerte granizo en San Pedro el fin de semana), son los de Entre Ríos y Corrientes que tuvieron granizos y heladas muy tempranas de hasta 12 grados bajo cero (lo que determinó la pérdida de entre un 50 por ciento y el 70 por ciento de la producción citrícola), a lo que en este mes, se agregaron en algunas localidades, precipitaciones de más de 500 milímetros en 3 días en Entre Ríos, mientras que en Corrientes, sobre el lado oriental, las lluvias llegaron a superar los 600 milímetros también en pocos días. Dolor de cabeza para los gobernadores Sergio Urribarri y Ricardo Colombi, aunque también José Alperovich de Tucumán (donde, lamentablemente, sigue sin haber lluvias), tiene a sus citricultores alterados, aunque en su caso, por sequía y por los mercados.
… que, naturalmente el tema fue excluyente en todos los encuentros formales e informales, como el de un grupo de productores y diplomáticos en el nuevo bistró del Jockey Club por calle Posadas (muy exitoso, por cierto), hasta la glamorosa recepción en la embajada suiza en Barrio Parque, donde Syngenta presentó su nueva tecnología «sustentia», un programa especial para los productores que asegura, no sólo la sustentabilidad del planteo, sino también el cuidado ambiental y el cumplimiento de las crecientes exigencias de los mercados internacionales. En el arranque, la empresa va a trabajar con 6 grupos sobre un total de 20.000 hectáreas. El encuentro, al mediodía contó, incluso, con la presencia del embajador Ioannes Mattiazzi, el agregado comercial, directivos de la empresa y cantidad de periodistas que pudieron degustar una abundante raclette, mousse de chocolate y un delicadísimo strudel que nadie pudo obviar. Por supuesto que en todos lados, los temas fueron de lo más variados, desde la falta de respuesta efectiva que están teniendo los productores afectados por el clima, hasta la nueva norma oficial que alteró los nervios de las aseguradoras, al obligarlas a «invertir» parte de su propio respaldo para cubrir siniestros, en obras públicas. También la muerte de Adolfo Canitrot, exsecretario de Coordinación Económica y uno de los funcionarios más emblemáticos de la era Alfonsín en los tempranos 80, dio que hablar. Es que un memorioso (de los que no faltan) recordó que fue el verdadero propulsor de la importación de pollos de Europa que luego se hizo tristemente célebre como «los pollos de Mazzorín». Aunque este funcionario de mucho menor rango, sólo «prestó» el apellido. El hecho es que, como siempre, intentando bajar los precios de la carne vacuna, se hizo el peor negocio para el país que gastó, hasta no hace mucho, millones de dólares en una estrategia que tampoco dio resultado.
… que también el exgerente de la Federación Molinera, devenido ahora en diputado K, Horacio España, fue recordado estos días y no exactamente por su histórica mala relación con los productores trigueros, sino más vale por su participación, junto a la esposa de Luis DElía, del proyecto de cesión de tierras de los countries para fines «sociales». Mientras otros, más preocupados por el agua que sigue avanzando desde el norte (y se suma a las lluvias), recordaban que en una de las inundación más graves, la del 85, los damnificados por el agua del Río V demandaron al propio Estado nacional por «privación de uso» de la tierra, lo que se atribuyó a la falta de previsión y de obras del Gobierno. El caso fue ganado y años después, ya en el Gobierno de Carlos Menem, se pagaron las compensaciones (eso sí, con bonos.)

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