miércoles, 17 de octubre de 2012


Donde el sorgo echa raíces

En el escenario actual, el sorgo ofrece una amplia gama de posibilidades. En Sunchales lo entendieron hace años, y ya se afirman como polo productor de semillas para la región y el mundo, integrando la trayectoria de una familia con la estructura de una multinacional.
El sorgo tiene una característica que lo diferencia con otros cultivos: una planta que puede hacer grano, silo, o forraje para pastoreo directo” nos dice Diego Druetto, cuyo apellido en Sunchales ya es sinónimo de semillas. “No es una planta como la del maíz, que permite un uso más limitado. El sorgo cambia su forma de acuerdo a la necesidad, y eso permite una gran cantidad de híbridos para el mercado, aunque esto también hace que la parte de investigación y desarrollo sea bastante más compleja”, agrega, en relación a la función que le toca en la empresa.
“Hoy tomamos los tres aspectos y le aportamos la mayor presión, para que los productores de toda la región tengan el material que realmente necesitan”, analiza Druetto, hoy Gerente de Investigación y Desarrollo de Nuseed, quien explica que en los últimos años tuvieron muchos cambios internos, merced a la necesidad de adaptarse a esos cambios.
Y como muestra basta un botón: la empresa supo crecer mucho sustentada en un híbrido puntual para alimentación avícola. “Hoy estamos teniendo un problema grave con la paloma, por eso en los dos últimos años nos fuimos volcando un poco más a los sorgos con tanino -con lo que no estoy en un todo de acuerdo porque el tanino afecta la alimentación-, pero era el requerimiento que demandaban los productores”, comenta Druetto a Campolitoral.
Respecto de las imposiciones del mercado, explica que tuvieron que trabajar con estos materiales que el mercado estaba pidiendo, pero que toda esa investigación en sorgos de alta calidad tendrá un impacto muy fuerte en la alimentación, sobre todo para humanos.
Un largo camino
Para los Druetto, las semillas son un legado de familia. El compromiso comenzó allá por 1968, cuando un joven Jacinto Druetto (padre de Diego) arrancó con este sueño en la localidad de Aldao, donde comenzó con la comercialización y simultáneamente con el proceso de variedades de semillas.
Cinco años después, las demandas del mercado lo hacen decidirse a “poner todas las fichas” al sorgo, ya que el cultivo asomaba con mayor fuerza para la producción regional. “Nuestra mejor publicidad no está escrita, está sembrada”, se dijo, y avanzó con la convicción de los que tienen claro el rumbo.
Con la estructura armada, Jacinto decide ir un poco más allá, incursionando en el desarrollo del primer híbrido; algo que -en aquel entonces- estaba reservado exclusivamente a las multinacionales: Al año siguiente sale al mercado el “gauchazo”, un forrajero tradicional para pastoreo directo, luego del cual vendría una nueva generación de forrajeros y graníferos.
En los 90, con la incorporación de los hijos de Jacinto, la empresa cobra nuevos bríos, aumentando el personal técnico para poder incrementar el volumen de producción y poder concretar el desafío de exportar.
En la década siguiente, llegaría la alianza con la norteamericana MMR Genetics para adquirir nuevas líneas y obtener híbridos de nueva generación. El paso requería esfuerzo, riesgo y mucha inversión, pero ellos decidieron darle para adelante.
El gran salto
Para los Druetto, sin embargo, lo mejor estaba por venir. En 2010 llegaría la alianza con Nuseed, semillera de origen australiano que desembarcaba en Argentina para acoplarse a la trayectoria de esta empresa familiar. “Esto esto es un orgullo para nosotros”, asume Diego, quien admite que el cambio fue pasar de ser una empresa familiar a una multinacional, pero “siempre trabajando de la misma manera, lo que nos ayudó a que el cambio no sea tan duro, y nos permitió una flexibilidad similar a la que teníamos”. Desde entonces, se agrandó la cantidad de contactos y el trabajo internacional, sobre todo con mucho apoyo tecnológico, cuando antes no lo podíamos tener”, se entusiasma.
Consultado respecto de las líneas de trabajo que plantea el desafío, hizo hincapié en la meta permanente de crear los híbridos para el mercado. “Desde hace 12 años que comenzamos con el ingreso de germoplasma del exterior, y desarrollamos uno propio, adaptado a la Argentina. Hace 7 años que ya estamos viendo los primeros frutos”, remarcó quien se encarga del contacto con la producción, venta y comunicación a toda la gente del semillero para explicar los temas agronómicos de cada producto antes que salga al mercado.
Para Druetto, el momento es ahora. “Nuseed ingresó al mercado de semillas hace 4 años, comprando distintas empresas basadas en tres cultivos no tan preponderantes a nivel mundial (sorgo, colza y girasol). A nivel mundial tienen tres centros de investigación (Argentina, EEUU y Australia), con una mecánica integrada de trabajo, que permite juntar a todos los breeders de la compañía, intercambiando los bancos genéticos comunes y generar los desarrollos para cada lugar. “EEUU nos permite trabajar a contraestación y tener dos cultivos al año. Así, la genética puede evolucionar con materiales en el mercado y adaptarse a los cambios que éste pueda tener”.
Manejo
A la hora de analizar la campaña que se viene, Druetto frunce el ceño y dice: “en los años de investigación que tengo en esta cuenca lechera, veo que el productor todavía debe aprender a entender mejor los ciclos del cultivo”. Lo dice en relación a que estamos en una situación con mucha lluvia, donde seleccionar el ciclo del cultivo es muy importante. “Hay que destacar que tenemos tres ciclos muy marcados para el sorgo: el largo, el intermedio y el corto. Desde el 15 de octubre hasta el 20 de noviembre deberían estar trabajando con ciclos largos”, aconseja. De ahí en adelante empezar a pensar en ciclos intermedios, y como ocurrió el año pasado, (donde la lluvia se atrasó con un período de sequía que permitió la posibilidad de sembrar en enero), pensar automáticamente en ciclos cortos, porque en la zona se cometió el error de sembrar en enero ciclos largos que fueron afectados por heladas que mermaron la calidad, lo que motivó que se utilizaran para pastoreo o para ensilar. “Si uno apunta al grano, la recomendación pasa por pensar qué ciclo voy a utilizar, de acuerdo a la fecha de siembra que voy a tener”, sintetiza.
Finalmente, respecto a las buenas perspectivas para el cultivo que augura el precio de mercado, sostiene que el maíz será quien decida la pulseada. “El tema de la exportación de maíz será condicionante para la campaña de sorgo. Pero sin dudas que hoy el precio que tiene el grano permite sembrar en campos con suelos más pobres, y tener una buena rentabilidad. Es más, en esos suelos empieza a competir con la soja, porque el sorgo otorga una seguridad desde todo punto de vista”. Anteriormente con los precios que temíamos, la soja aún con poco rinde era indiscutible, pero hoy el sorgo presenta batalla.
Y agregó: “hoy, la calidad de estos materiales es muy similar a la del maíz, y esto se nota en la producción de carne y leche, sobre todo en campos marginales. Hoy debemos crecer en mayor ganancia de peso corporal y producción de leche en áreas en donde cultivos como el maíz no puede entrar”. Para los Druetto, ahora miembros de un emprendimiento aún mayor, todo está por hacerse.


Sinergia
La compra del semillero Druetto permite a Nufarm optimizar las operaciones de breeding y producción, tanto para sorgo como para girasol entre América del norte, América del sur y Australia. Nuseed es la marca que Nufarm utiliza para su negocio de semillas en Argentina. Nufarm es uno de los 10 mayores productores y proveedores mundiales de agroquímicos destinados a la protección de cultivos y líder en el mercado australiano. “Nuestro mayor foco se ha centrado en desarrollar material genético de elite basándonos en los cultivos de girasol, sorgo y canola y extender nuestro alcance a todos los mercados del mundo”, nos dijo Demetrio Toledo, responsable de comunicación de la empresa. “Trabajamos en el desarrollo en forma continua nuevos híbridos; basándonos en la combinación de tres factores fundamentales en la producción de sorgo: calidad; máximo beneficio en virtud del destino que se le dará al híbrido (grano, forraje o silo); y producción”.

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Equipo. La amalgama de los Druetto y su experiencia local con el equipo de Nuseed promete una combinación con futuro para la región.
Foto: Gentileza

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“Hoy, la calidad de estos materiales es muy similar a la del maíz, y esto se nota en la producción de carne y leche, sobre todo en campos marginales”
Diego Druetto
Nuseed


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Último paso. En la planta se embolsan y almacenan las semillas.
Foto: Gentileza


Colza, un cultivo que crece
En momentos previos a la cosecha, Druetto destacó la metodología de trabajo de este cultivo. “Con una primera selección, se lleva a cabo una red interna de ensayos, participando 30 cultivares en 14 localidades y dos épocas de siembra.
Posteriormente, con los materiales ya seleccionados se realizan ensayos para el registro de terápicos de semilla”. Las variedades registradas participan de la Red Nacional de Colza que coordina el INTA y también en las evaluaciones que programan diferentes asociaciones de productores, como los grupos CREA, Aapresid, etc. “Todo este trabajo de introducciones y evaluaciones en nuestro país nos ha permitido tener disponible un producto de la más alta calidad y excelente performance, con cultivares testeados y adaptados a distintas zonas del país”.

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