El gerente de Vinculación Tecnológica del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), José Silva, manifestó que Uruguay es líder en la región en bienestar animal y la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) lo ubica como referente en la materia. Explicó que el país avanzó en un proceso integrado en la totalidad de la faena, [...]
El gerente de Vinculación Tecnológica del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), José Silva, manifestó que Uruguay es líder en la región en bienestar animal y la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) lo ubica como referente en la materia. Explicó que el país avanzó en un proceso integrado en la totalidad de la faena, desde cómo se traslada el animal hasta evitar golpes, acciones que producen carne de mayor calidad, y reconoció que “resta mucho por hacer para evitar pérdidas de competitividad”.
Sobre el lugar que ocupa nuestro país en la región, el jerarca dijo que está “haciendo punta” y recordó que la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) tomó a Uruguay como referencia de toda la región. “Tener un sistema de trazabilidad único y destacado en la región nos pone unos cuantos pasos más adelante que el resto”, dijo. “Son grandes ventajas. Hemos desarrollado capacidad competitiva para el país”.
En el marco de la visita de Temple Grandin, especialista en bienestar animal y sistemas de auditorías, Silva informó que en los últimos 12 años se hicieron dos auditorías en la cadena cárnica, sobre todo la vacuna, donde se analizaron los puntos que podían derivar en potenciales pérdidas.
Las auditorías de calidad de carne constituyen una herramienta para medir y comunicar los principales problemas observados en el ganado y en los canales en la industria cárnica, generando programas de educación en el manejo animal, nuevas investigaciones y el compromiso para levantar esas restricciones.
Silva explicó a la Secretaría de Comunicación que la primera auditoría de este tipo se realizó en el año 2002, liderada por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y el INIA, con el asesoramiento de la Universidad de Colorado. El objetivo era determinar y cuantificar los principales factores responsables de las pérdidas de valor. Reveló que un 60% de las carcazas presentaban problemas de machucones, golpes, PH altos, decomisos, lo que se traduce en dificultades en la calidad del producto final y pérdida de competitividad de la cadena cárnica.
Cinco años después de la primera, como lo indica la metodología, se realizó una segunda auditoría para visualizar avances logrados respecto a las limitaciones previamente detectadas, identificar la presencia de nuevos defectos de calidad, evaluar la efectividad de las estrategias definidas y diseñar nuevas alternativas frente a escenarios cambiantes. Esta nueva auditoría mostró una reducción sensible del efecto de golpes y todo lo que es el manejo pre-faena de los animales.
Silva explicó que “el bienestar animal implica no estrés, reducir al máximo el estrés de los animales en todo sentido, tanto estrés alimenticio como acceso al agua, manejo cuidadoso durante su transporte. Tiene mucho que ver el tipo de camión, la cantidad de animales que se sube al mismo, si el camino tiene pozos, una cantidad de variables a considerar”.
“Uruguay, como importante exportador de carne en la región, es el segundo país exportador de América del Sur, tiene que adaptarse a las condicionantes que los mercados de alto valor están exigiendo, como el caso europeo, que establece protocolos para todos los sistemas de faena y contralor”, sostuvo.
El bienestar animal no solo debe centrarse en lo que ocurre en el establecimiento, en el predio, sino en la totalidad de la faena. “En la medida que el animal se críe en mejores condiciones, tendremos menos efectos sobre el ambiente y más ventajas para el consumidor, será una carne que llega más tierna, con mayor calidad culinaria”, indicó Silva.
El representante del INIA dijo que deben seguir mejorando los aspectos tradicionales del manejo, como por ejemplo todo lo que someta a estrés a un animal como castraciones tardías en ciertas edades, no dar paliativos para aliviar los dolores, mal uso de perros en el ahuyentamiento del ganado, cuidado y control del desarrollo de las estructuras que contienen los animales (corrales). “Es necesario mejorar la infraestructura del sistema y llevar registros”, añadió.
“Uruguay dio un paso importante y fundamental con el sistema de trazabilidad al cual se le puede ir incorporando con cierta facilidad elementos como las condiciones de cría, de transporte de los animales para agregar valor al producto final”, sostuvo.
Sobre el lugar que ocupa nuestro país en la región, el jerarca dijo que está “haciendo punta” y recordó que la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) tomó a Uruguay como referencia de toda la región. “Tener un sistema de trazabilidad único y destacado en la región nos pone unos cuantos pasos más adelante que el resto”, dijo. “Son grandes ventajas. Hemos desarrollado capacidad competitiva para el país”.
En el marco de la visita de Temple Grandin, especialista en bienestar animal y sistemas de auditorías, Silva informó que en los últimos 12 años se hicieron dos auditorías en la cadena cárnica, sobre todo la vacuna, donde se analizaron los puntos que podían derivar en potenciales pérdidas.
Las auditorías de calidad de carne constituyen una herramienta para medir y comunicar los principales problemas observados en el ganado y en los canales en la industria cárnica, generando programas de educación en el manejo animal, nuevas investigaciones y el compromiso para levantar esas restricciones.
Silva explicó a la Secretaría de Comunicación que la primera auditoría de este tipo se realizó en el año 2002, liderada por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y el INIA, con el asesoramiento de la Universidad de Colorado. El objetivo era determinar y cuantificar los principales factores responsables de las pérdidas de valor. Reveló que un 60% de las carcazas presentaban problemas de machucones, golpes, PH altos, decomisos, lo que se traduce en dificultades en la calidad del producto final y pérdida de competitividad de la cadena cárnica.
Cinco años después de la primera, como lo indica la metodología, se realizó una segunda auditoría para visualizar avances logrados respecto a las limitaciones previamente detectadas, identificar la presencia de nuevos defectos de calidad, evaluar la efectividad de las estrategias definidas y diseñar nuevas alternativas frente a escenarios cambiantes. Esta nueva auditoría mostró una reducción sensible del efecto de golpes y todo lo que es el manejo pre-faena de los animales.
Silva explicó que “el bienestar animal implica no estrés, reducir al máximo el estrés de los animales en todo sentido, tanto estrés alimenticio como acceso al agua, manejo cuidadoso durante su transporte. Tiene mucho que ver el tipo de camión, la cantidad de animales que se sube al mismo, si el camino tiene pozos, una cantidad de variables a considerar”.
“Uruguay, como importante exportador de carne en la región, es el segundo país exportador de América del Sur, tiene que adaptarse a las condicionantes que los mercados de alto valor están exigiendo, como el caso europeo, que establece protocolos para todos los sistemas de faena y contralor”, sostuvo.
El bienestar animal no solo debe centrarse en lo que ocurre en el establecimiento, en el predio, sino en la totalidad de la faena. “En la medida que el animal se críe en mejores condiciones, tendremos menos efectos sobre el ambiente y más ventajas para el consumidor, será una carne que llega más tierna, con mayor calidad culinaria”, indicó Silva.
El representante del INIA dijo que deben seguir mejorando los aspectos tradicionales del manejo, como por ejemplo todo lo que someta a estrés a un animal como castraciones tardías en ciertas edades, no dar paliativos para aliviar los dolores, mal uso de perros en el ahuyentamiento del ganado, cuidado y control del desarrollo de las estructuras que contienen los animales (corrales). “Es necesario mejorar la infraestructura del sistema y llevar registros”, añadió.
“Uruguay dio un paso importante y fundamental con el sistema de trazabilidad al cual se le puede ir incorporando con cierta facilidad elementos como las condiciones de cría, de transporte de los animales para agregar valor al producto final”, sostuvo.
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