lunes, 30 de julio de 2012

La UE solicita el levantamiento de las restricciones comerciales por el virus Schmallenberg


En la 54ª sesión de Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Comité MSF) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada los días 10 y 11 de julio de 2012, la delegación de la Unión Europea informó a los demás miembros de la OMC sobre la evolución de la situación epidemiológica respecto al virus Schmallenberg, [...]

En la 54ª sesión de Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Comité MSF) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada los días 10 y 11 de julio de 2012, la delegación de la Unión Europea informó a los demás miembros de la OMC sobre la evolución de la situación epidemiológica respecto al virus Schmallenberg, destacando que éste tiene una incidencia marginal en la producción ganadera (menos del 0,002% de la población de rumiantes sensibles en la UE), que previsiblemente será aún menor en el futuro, de acuerdo con los informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), y que el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha concluido que el riesgo de infección para los seres humanos es nulo o muy bajo.
A la vista de esta información científica, la 80ª Sesión General de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), celebrada en mayo de 2012, concluyó que esta infección no puede considerarse una enfermedad emergente, ni cumple los criterios para ser inscrita en la lista de enfermedades de la OIE, y que ciertos productos, como la carne, la leche, el semen y los embriones, suponen un riesgo insignificante.
En consecuencia, los ocho Estados miembros de la UE que en su momento habían notificado a la OIE la presencia del virus Schmallenberg en su territorio, a principios de junio de 2012 comunicaron a dicha Organización que ésta ya no podía considerarse una enfermedad emergente en la UE y que se habían resuelto los casos.
Desde la detección del virus, la UE ha mantenido una política de total transparencia, a través de las notificaciones a la OIE, la creación de una página web específica, la celebración de numerosas conversaciones bilaterales con sus interlocutores comerciales y la publicación de tres informes científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), entre otras medidas. Actualmente se mantiene la vigilancia de la evolución epidemiológica de este virus, y la UE se compromete a comunicar puntualmente los nuevos datos científicos o epidemiológicos significativos.
Por todo ello, la UE solicitó que se levantasen, de forma inequívoca, todas las restricciones impuestas a sus exportaciones como consecuencia de la aparición del virus Schmallenberg, ya que las medidas restrictivas aplicadas a la carne, leche, semen y embriones no están científicamente justificadas en ningún caso, y los países que apliquen cualquier otro tipo de restricción comercial deberían demostrar que se encuentran libres de dicho virus y que aplican medidas similares contra otros virus del serogrupo Simbu (Sathuperi, Shamonda, Douglas, Akabane, etc.).
La Delegación europea confía en que esta política de transparencia no sea utilizada en perjuicio de sus exportaciones.
En la misma reunión, la UE reiteró su malestar, expresado ya en sesiones anteriores, por las restricciones que mantienen varios países a sus exportaciones por causa de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). La UE destacó que, de sus 27 Estados miembros, 5 habían sido reconocidos por la OIE como países de riesgo insignificante de EEB, y otros 20 tenían riesgo controlado, con lo que no está justificado que países sin calificación sanitaria oficial, o con una calificación igual o inferior a la de sus Estados miembros, adoptasen medidas restrictivas a sus productos bovinos. Mencionó específicamente a Australia, China, Japón, EE.UU. y, especialmente, a Corea, que había abierto recientemente su mercado a Canadá, país de riesgo controlado, de modo que sus restricciones a los productos europeos no sólo eran injustificadas, sino también discriminatorias.
Por último, la UE se mostró dispuesta a mantener un diálogo abierto y constructivo con sus interlocutores, a fin de garantizar la plena transparencia, aunque advirtió de que recurriría cualquier restricción comercial injustificada que se aplicase a sus exportaciones, tanto en el Comité MSF de la OMC, como en la OIE.

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