martes, 31 de julio de 2012

El “yuyo” salvará la economía argentina en 2013



El aporte directo e indirecto del agro al crecimiento rondaía 1,3 puntos porcentuales, aunque los precios de la tonelada no sean tan altos como los actuales.
En la campaña que está terminando, la sequía hizo que la cosecha estuviera 11 millones de toneladas por debajo de lo esperado, lo que contribuyó a alimentar la versión oficial de que el mundo -y el clima- se nos vino encima. Sin embargo, la sequía tuvo un efecto positivo, ya que la menor oferta hizo que los precios subieran más allá de los pronósticos.
El presupuesto nacional de este año se armó con una estimación de US$440 por tonelada de soja y ayer tocó los US$644 en el mercado de Chicago. Para la próxima cosecha, todo indica que el clima nos volverá a sonreír, se batirán los recórds de producción y el país recibiría entre US$5.000 y 8.000 millones adicionales a lo obtenido este año gracias a la soja.
Datos de la consultora Economía y Regiones (E&R) muestran que aun con el repunte de los precios, este año las exportaciones de soja estarán US$2.680 por debajo de 2011. Pero el año próximo la historia será diferente. “Si asumimos que la cosecha del año próximo iguala al récord de la cosecha 2009/2010 -52 millones de toneladas-, las exportaciones del complejo sojero ascenderían a US$27.500 millones, superando por 17,3% los ingresos de 2012, que habían sido de US$23.400″.
Las previsiones de la consultora de Miguel Bein indican que la próxima cosecha se ubicaría en 113 millones de toneladas. De este modo, el aporte directo e indirecto del agro al crecimiento estaría alrededor de los 1,3 puntos porcentuales, aunque los precios de la tonelada no sean tan altos como los actuales. “Esto generaría un aumento de la oferta de dólares en torno a US$8.000 millones que, en conjunto con los menores vencimientos de deuda de 2013 en el mercado (US$5.600 millones -suponiendo que no corresponde el pago del cupón del PBI-, de los cuales US$4.900 millones son en moneda extranjera), otorgaría algún margen adicional a la política cambiaria actual de deslizamiento del tipo de cambio en torno a 15/16%”. El Estudio Bein también suma otro factor determinante para el 2013, que será la recuperación de la actividad en Brasil, que a su vez permitiría un repunte de la industria automotriz. “El agro y la industria automotriz, que en forma directa e indirecta restaron cerca de 1,3 puntos porcentuales al crecimiento de 2012, aportarían al menos 1,5/2 puntos porcentuales al crecimiento del próximo año”.
Los economistas ven una buena performance para la oleaginosa en 2013, aunque los precios estén por debajo de los de este año. La semana pasada, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos declaró como zona de desastre a más de un tercio del territorio agrícola del país. “Esta es la peor sequía desde 1988″, afirma Gastón Sempere, analista de Research de Puente. Y sostiene que “el precio actual es bastante elevado, por lo que las posibilidades de que siga subiendo son limitadas”. También indica que “otro elemento a favor es que la demanda sigue fuerte, aunque China haya disminuido la velocidad del crecimiento”.
También Econométrica señala que, en 2013, “factores exógenos, como el posible rebote de Brasil con apreciación de su moneda y bajas lluvias en los EE.UU pueden traer más dólares y dar margen para un rebote en la Argentina”.
El economista Mario Sotuyo, de E&R, también remarca que “el repunte de la cosecha y Brasil creciendo un poco más que este año generarían un superávit comercial de más de US$15.000 millones, manteniendo las restricciones a las importaciones”. El analista puntualiza que “todo el complejo sojero representa más del 20% de las exportaciones y tiene impacto indirecto en sectores vinculados al sector primario, como el transporte, el sistema financiero y la construcción, aunque este último efecto ahora se distorsionó por la menor actividad y las trabas cambiarias”.
Pero con la soja sola no alcanza. Desde E&R advierten que “ni un precio ni una cosecha récord garantizan contrarrestar los efectos macroeconómicos negativos de la inflación, ni evitar que las inconsistencias de la política económica nos arrastren a un paulatino enfriamiento del nivel de actividad”.
Desde Econométrica, el analista Ramiro Castiñeira coincide en señalar que “el creciente atraso cambiario hará que rápidamente se agoten los nuevos dólares para volver a chocar con la restricción externa y nuevamente esperar a que suba la soja”.

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