sábado, 28 de julio de 2012

Discurso de Hugo Luis Biolcati en el acto inaugural de la 126º Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional.


 
 
 
Dice un refrán que alguna vez escuché:
“…con los ojos de la despedida, la vida parece una causa perdida”
y este es mi último discurso en esta Tribuna como Presidente de la Sociedad Rural Argentina

Mi despedida…

Ha sido un verdadero motivo de orgullo para mí, ejercer este cargo con que se me honrara hace ya cuatro años.

Me siento agradecido y emocionado de poder estar inaugurando, una vez más, junto a todos ustedes, esta Exposición Rural, aquí en Palermo.

Esa gratitud y esa emoción le confieren un particular significado a mis palabras.

Son mis últimas palabras en este histórico escenario y tengo la certeza que, como las pronunciadas en los años anteriores no son otra cosa que la voz y el pensamiento de una gran cantidad de productores rurales argentinos.

La voz del campo que reclama.

La voz del campo, que con rigurosa coherencia, año tras año, expuso sus análisis de las distintas coyunturas.

La voz del campo, que ofreció propuestas consistentes siempre con la mirada puesta en el progreso de esta Nación y el bienestar de sus habitantes.

Esos análisis no fueron contemplados, esas propuestas no fueron consideradas.

La voz del campo, no fue escuchada.

En ese sentido y “con los ojos de la despedida” esos reclamos justos, y en cierta forma premonitorios,
“parecen una causa perdida”.

Dijimos en el 2009, cuando inaugurábamos la 123º Exposición Rural, que el Campo estaba imaginando
“ser el protagonista de un verdadero desafío histórico.
Un proyecto agroindustrial que haga crecer la producción a niveles nunca alcanzados, desarrolle las economías regionales y las convierta en las principales abastecedoras de los mercados mundiales; generando miles de puestos de trabajo y un mayor bienestar para todos los argentinos”.

“A los que cultivaban el maltrato hacia el campo y a sus productores…”
les decíamos que “… el campo argentino ha dejado de ser la mansa vaca que se deja ordeñar para cubrir el costo de la ineficiencia y de las políticas equivocadas.”

Y el campo no fue escuchado…

En el 2010, ya en la Exposición Rural del Bicentenario
Le pedimos desde esta tribuna a los funcionarios:
“… averigüen cómo hace el campo para producir alimentos para más de 300 millones de personas!”
“… recórranlo y vean esa gigantesca fábrica sin techo que trabaja sin cesar.”
“… no insistan con políticas equivocadas…


Dijimos entonces:

“… no queremos un desierto verde de soja
que produzca riqueza para pocos.
Queremos agricultura con agricultores,
trabajadores arraigados a su tierra, a su pueblo.
Pueblos que crezcan y se desarrollen al ritmo de la actividad de las pequeñas y medianas industrias locales.
Productores rurales, fabricantes de alimentos, de maquinaria agrícola,
que desde todos los rincones del campo argentino, incorporen tecnología, procesos innovadores, inviertan y multipliquen los puestos de trabajo.
Ese será el fin de la pobreza y la exclusión.
La posibilidad de bienestar y trabajo para millones de argentinos.”


Y el campo no fue escuchado…

Con esas políticas tuvimos la peor cosecha de trigo del siglo,
no pudimos cumplir la cuota Hilton y se destruyó el stock ganadero en la Argentina.

El año pasado inaugurábamos la 125º Exposición Rural
pidiéndole al gobierno: “Por favor dejen de castigar al campo,
lo que es decir dejen de castigar a la Argentina
Es responsabilidad de este modelo que los productores argentinos,
al inicio de la siembra del trigo, con exportaciones cerradas,
no tengan a quien venderle el cereal de la cosecha pasada. (….)


Están esquilmando a los productores trigueros, decíamos…
La intervención oficial y las retenciones ya les arrebataron
más de cinco mil quinientos millones de dólares.
Eliminen las trabas que tenemos para vender nuestros productos”…


Y el campo no fue escuchado…

Sería extenuante mencionar la lista de promesas que escuchamos de las autoridades a lo largo de estos años.
La inmensa mayoría de esas promesas fueron sistemáticamente incumplidas por el Gobierno.

“…con los ojos de la despedida, todos estos reclamos
parecen una causa perdida”


Pero no es así y esta es una despedida con un gran optimismo
Porque estamos convencidos que más allá de los avatares políticos.

EL FUTURO FIJÓ SU RESIDENCIA EN EL CAMPO ARGENTINO.

Por eso esta 126º Exposición Rural está bajo la advocación del FUTURO expresado en el lema
EN EL CAMPO, EL FUTURO ES HOY

SEÑOR JEFE DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES,
Ing. MAURICIO MACRI

SEÑOR VICEGOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES,
Dr. PEDRO BRALLARD POCCARD

SEÑOR JEFE DE GABINETE DE MINISTROS DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, Lic. HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA

SEÑORES MINISTROS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES Y DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES

SEÑOR PRESIDENTE DE CRA,
Sr. RUBEN FERRERO

SEÑOR PRESIDENTE DE CONINAGRO Ing. CARLOS GARETTO

SEÑOR VICEPRESIDENTE FEDERACIÓN AGRARIA, Sr. JULIO CÉSAR CURRAS

SEÑORES PRESIDENTES DE LAS SOCIEDADES RURALES DEL CONSEJO FEDERAL

SEÑORES REPRESENTANTES DE SOCIEDADES RURALES AMIGAS DEL EXTERIOR DE: BOLIVIA, BRASIL, CHILE, PARAGUAY Y URUGUAY.

SEÑORES EMBAJADORES Y REPRESENTANTES DEL CUERPO DIPLOMÁTICO

SEÑORES LEGISLADORES

SEÑORES REPRESENTANTES DE ENTIDADES EMPRESARIAS

SEÑORES TRABAJADORES RURALES

SEÑORES DOCENTES Y DOCENTES RURALES

SEÑORES DELEGADOS ZONALES

SEÑORES EXPOSITORES

SEÑORES SOCIOS DE LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA

SEÑORES PRODUCTORES INDEPENDIENTES, PORQUÉ NO AMIGOS AUTOCONVOCADOS, QUE NOS APOYARON TANTO

SEÑORAS Y SEÑORES

El campo no fue escuchado

Hoy tenemos a la vista el fracaso de una política.
Con 12 millones de cabezas de ganado menos,
Con una intención de siembra de trigo y maíz marcada por el desaliento,
Con miles de tambos cerrados,
Con miles de trabajadores de la carne licenciados, suspendidos o sin trabajo, viviendo de subsidios
Con mas de cien frigoríficos cerrados,
Con las economías regionales languideciendo por heladas, sequías, cenizas y desidia de los gobiernos, sumiendo a regiones enteras en una parálisis económica

El campo quiere ser escuchado

Ante un ajuste que el gobierno central niega estar realizando, pero que fuerza en todas y cada una de las provincias,
Ante la creciente y desmesurada presión fiscal municipal, provincial y nacional
Ante la continua y negada inflación que horada los ingresos y el nivel de vida de todos los argentinos,
Ante la pérdida de la cultura del trabajo que nos caracterizara durante generaciones.
Ante el deterioro de la educación pese al esfuerzo de los docentes en ciudades y zonas rurales.
Ante el brutal aumento de la inseguridad jurídica, patrimonial y de las personas.
Ante la pérdida de credibilidad en el sistema judicial,
Ante el deterioro de las instituciones de la República

El campo, como integrante de esta sociedad tan castigada, exige ser escuchado

Pero hoy, a diferencia de los años anteriores,
no vamos a hablar del Campo Argentino con nuestras palabras.

Le hemos pedido prestadas las ideas a un notable intelectual que imaginó un luminoso y prospero futuro para esta Nación.

Se trata de uno de los más grandes pensadores argentinos, aunque su nombre está un poco olvidado en estos tiempos.
Sus ideas inspiraron nuestra Constitución Nacional,
que también ha caído en desuso últimamente.

Dice Juan Bautista Alberdi:
“Organizar la agricultura, según la Constitución moderna,
es organizar su libertad. La única intervención que
pueda ejercer la ley en este ramo de la industria nacional,
debe tener por objeto desembarazar de toda traba y obstáculo al trabajo agrícola, facilitando todos los medios para poner a su alcance
los opulentos recursos y manantiales de riqueza
que presenta nuestra digna tierra del nombre de argentina,
que lleva como símbolo expresivo de su riqueza incomparable”.


Alberdi soñaba con el futuro,
Él, como Sarmiento, sabía que imaginando la Argentina del porvenir
estaba ayudando a construirla

Es que los grandes estadistas,
los hombres que transforman la vida de otros hombres
solo se detienen en el pasado para reconocerse,
para saber de donde vienen.

Ellos creen en la fecundidad de sus utopías.
Abren las puertas que nos conducen más allá del presente
y comienzan a caminar rumbo al porvenir.

Para ellos, el futuro es un territorio sembrado de oportunidades
Para el campo, el futuro también es un cotidiano desafío.
El desafío de concretar esa Argentina promisoria, esa patria grande;
la tierra prometida de todos y para todos los argentinos.

Pero el futuro puede ser solo una palabra,
seis letras vacías de contenido.
Un vocablo de significados tan diversos
como los senderos que hacia él nos conducen.

Para quien no puede dialogar, no puede opinar
o no acepta las opiniones de los otros;
el futuro es la intolerancia.
Para aquel que no tiene trabajo
el futuro significa hambre, pobreza, exclusión.Para quien no tiene educación,
el futuro es oscuro, impredecible, insospechado.
Para quien no tiene posibilidad de mejorar su calidad de vida
el futuro solo es un horizonte sin ilusiones, sin esperanzas.
Sin esperanzas, el futuro conduce a un peligroso abismo,
a un desencuentro irreparable.

Mientras no existan políticas económicas serias y respetuosas para con los ciudadanos, y en su lugar, solo se escuchen demagógicas declamaciones.

Mientras se continúe mirando la historia con un solo ojo.

Mientras el relato oficial sea un conjunto de lugares comunes sin conexión con la realidad

Mientras busquemos adaptar la constitución al poder, en vez de dar poder a la constitución.

Si el poder, y no el bienestar de la gente,
es el objetivo fundamental de nuestros gobernantes.

Si el egoísmo de los poderosos no deja lugar al humanismo de los estadistas,
de los muchos caminos que tiene el futuro
es casi seguro que elegiremos la ruta equivocada.

No habrá futuro si los hombres y mujeres no tienen ilusiones
No habrá futuro si los niños no tienen presente.

Mientras exista un ser humano que no tenga alimento, salud, educación y seguridad, el futuro será una palabra sin sentido

Cómo hablarle de futuro a la madre, a la esposa, a la hermana
de ese hombre que murió en un tren camino a su trabajo.

Parece imposible hablar del porvenir mientras la corrupción
le arrebata a la gente los techos que con los dineros públicos debían construirse, y no hay nadie entre las rejas…

Pero no tengo dudas que el futuro se abrirá paso en esta tierra
Lo deseo, lo imagino, lo creo…;
y me comprometo a continuar trabajando para ello,

Veo a un país que se abre paso
entre las trincheras de la intolerancia.

Una Argentina que se prepara para alcanzar
la Patria que soñó Belgrano, el País que idealizó Sarmiento
o la Nación que imaginara Alberdi.

Veo esta tierra tan rica, tan pródiga,
ofreciendo sus recursos naturales transformados en alimentos, energía, conocimientos, ciencia y tecnología para todos los hombres del mundo.

Veo a nuestro extenso territorio como una gran fabrica
que se pone en marcha, todos los días,
por la tenacidad y el entusiasmo de sus habitantes.

Amigos,
quiero agradecerles a todos los hombres y mujeres de la Sociedad Rural
la confianza que depositaron en esta Comisión Directiva durante estos años.

Gracias también a nuestros compañeros de la Mesa de Enlace.
A los que la integran hoy y a los que la integraron ayer.

Solo hemos sido intérpretes de los grandes reclamos del sector.

Y si nuestra palabra se elevó de tono para criticar políticas erróneas, injusticias y procedimientos equivocados,
o para señalar los graves embates que sufre nuestra Constitución;
lo hicimos como argentinos que anhelan un país en paz,
reconocido y respetado en todo el mundo.

Desde esta tribuna,
sin tapujos y sin prejuicios
expresé mi pensamiento y el de la Institución que tuve el honor de presidir en estos años

Fue una reflexión apasionada sobre el país que tuvimos, el que tenemos y el que anhelamos construir.

Un país tan contradictorio como nosotros mismos
Tan solidario algunas veces
y tan intolerante otras.

Esta Nación es fruto del valor, del patriotismo y la generosidad de algunos hombres cuyo pensamiento hemos olvidado y cuyos nombres solo recordamos en el cartel de una calle.

Pero es también el resultado de los egoísmos que nos dividieron y exacerbaron nuestras diferencias
Enfrentándonos en luchas fraticidas,
Convirtiendo en enemigos a los que piensan diferente.

Dividiendo a la gente al potenciar la mezquindad del que tiene
y la violencia del que no tiene nada que perder.

En un poco más de dos siglos, debatiéndose entre civilización y barbarie, la Argentina fue
unitaria,
federal,
democrática,
autocrática,
demagógica,
dictatorial,
oligárquica,
populista.

Detrás de una estela de
miseria,
corrupción,
atraso,
ignorancia,
inseguridad,
vaciamiento institucional,
agravios constitucionales
y envilecimiento de la justicia,
se oculta una Argentina que nos avergüenza
y de la que todos, de una u otra manera, somos responsables.

Todos somos esa Argentina que se dice federal, y en la que el 70% de los ingresos públicos es percibido y manejado discrecionalmente por el gobierno central.

Todos somos esa Argentina donde la pobreza
parece haberse arraigado para siempre.

Todos somos esa Argentina donde nadie esta seguro de volver con vida esta noche a su casa, donde una vida vale menos que un par de zapatillas.

No podemos permitir que esto suceda.
Estoy seguro que esa Argentina comenzará muy pronto a ponerse de pie
y a ofrecer al mundo los generosos dones de su tierra.

Por que ese pueblo argentino, tan sufrido y vapuleado;
tantas veces en silencio, hará oír su voz para expresar su esperanza
y ejercer el poder que le confiere la democracia.

Solo hay que recuperar la calidad institucional,
terminar con la intolerancia, erradicar la corrupción
y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.

Superar ese perverso rol del estado
transformado en el patrón de los bienes públicos
que sostiene con subsidios su poder electoral,
que da de comer un cotidiano mendrugo a sus vasallos,
y somete a gobernadores e intendentes genuflexos
a mendigar las dadivas.

Cuando esto ocurra se abrirá la puerta del futuro.

Entonces el progreso, el desarrollo y el bienestar de todos los argentinos, se harán presentes.

Es cierto, es una gran tarea
Pero no tengan dudas, hacia allí se encamina la historia.

La sociedad ya va en busca de un nuevo paradigma.
Nuevos líderes, nuevos referentes…
Hombres y mujeres incorruptibles
con el talento para gestionar
y el coraje para transformar…

Dirigentes con nuevos valores,
que protagonicen una revolución moral.

Gobernantes plurales,
respetuosos de la justicia y del disenso.
Con vocación de servicio,
que privilegien la equidad y la honestidad por sobre sus apetencias personales, el nepotismo
y los intereses de los amigos del poder.

La sociedad sabe que es indispensable
encontrar esos nuevos líderes y establecer una nueva y transparente relación
entre la gente y sus mandatarios.

¿donde están esos hombres y mujeres?

La respuesta es simple.
Miren a su alrededor.
Están al lado suyo.

Tal vez es quien está a su lado.
Tal vez es usted mismo.

Sí.
 Llegó la hora de despertar a la vida pública.
Es el momento de descubrirse como protagonista de esta imprescindible renovación moral que exige nuestra patria.

Ha llegado la hora de participar,
De hacer y no solo opinar.
De colaborar, desde el lugar que fuere,
en la construcción de un destino grande para esta Nación.

Hay que dar un paso adelante
y predicar con el ejemplo.
Si hemos tenido la suerte de que nuestro país
nos permitió formarnos en sus escuelas y universidades,

Si pudimos crecer y trascender,
criar a los hijos y educarlos;
llego la hora de devolverle algo a nuestra Patria.

De dejar nuestra huella,
por más pequeña que sea, en esta historia.
Para ello no es necesario demasiado:
un poco de talento,
un poco de trabajo y un poco de vocación de servicio.
Eso si, coraje, valores inconmovibles
y mucha, pero mucha honestidad.

No hacen falta sofisticados modelos.
Solo es necesario que trabajemos todos juntos
para que, día tras día,
se cumplan aquellas palabras que en 1853 juraron en la ciudad de Santa Fe,
los representantes del Pueblo de la Nación Argentina reunidos en nuestro Congreso General Constituyente.

Son pocas, pero siento en este instante una gran emoción al saber que estas palabras que he elegido son las últimas que pronunciaré desde esta tribuna como Presidente de la Sociedad Rural.

Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber:
De trabajar y ejercer toda industria lícita;
de navegar y comerciar;
de peticionar a las autoridades;
de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino;
de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa;
de usar y disponer de su propiedad;
de asociarse con fines útiles;
de profesar libremente su culto;
de enseñar y aprender.


GRACIAS A TODOS Y HASTA SIEMPRE
VIVA EL CAMPO ARGENTINO
VIVA LA PATRIA

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