martes, 24 de julio de 2012

Colorida y de lujo, La Rural se vistió con sus mejores pilchas


En un día soleado y lleno de tradición gaucha, se desarrolló el Concurso Nacional de Aperos de uso Tradicional, Centros Tradicionalistas y Caballos de Trabajo en el predio de la Rural, que vio más colmadas que nunca las gradas de la pista central.
"Hay que terminar con ese antagonismo campo y ciudad que no tiene nada que ver", dijo Luciano Miguens.

Él con una bombacha de campo gris, un cinturón y un colorido poncho que hacían juego. Ella, en los mismos tonos y con unas lustrosas botas de montar. Vestidos de pies a cabeza con sus vestimentas tradicionales de lujo, se bajaron del subte de la Línea D y se dirigieron a la Rural.

Allí no eran los únicos. Ayer, hasta los caballos ostentaron sus mejores aperos para venir al predio de Palermo, ya que se celebró el Concurso Nacional de Aperos, Centros Tradicionalistas y Caballos de Trabajo.Riendas, estribos, espuelas y bozales adornados de plata, brillaron con el sol que acompañó la concurrida jornada desde temprano.

Al mediodía, llegaron los payadores y un grupo de baile que conmovió a los visitantes al bailar “La Maza”, interpretada por Mercedes Sosa. Los visitantes no sólo llenaron las gradas, sino que se agolparon alrededor del vallado de la pista, con tal de tener un mayor acercamiento. Si bien algunos pasaban casualmente y se encontraron con el concurso, otros vinieron a la Rural específicamente para ver una categoría en particular. “Vine a ver a los caballos de trabajo, que son los que más me gustan. Preparar esto lleva unos cuantos meses. Tenés que preparar el caballo, empezar a cuidarlo, la montura… un lujo”, concluyó Fabián Vitale. 

A la tarde, llegó la hora de las amazonas, que elegantes con sus vestidos tradicionales desfilaron por la pista central. “Todos están muy bien presentados. Lo que más me gustó es el conjunto de bastos chapeados, muy bueno. Y recién las amazonas también, muy bien presentadas”, señaló, entusiasta, José Antonio Guevara, quien fue presidente de la Confederación Gauchesca Argentina durante 20 años. 

Pero las pilchas no sólo se lucían dentro de la pista, sino también en sus alrededores. Los ponchos con la típica guarda Pampa fueron los más usados, al igual que las boinas y las botas de montar. Mientras, por la arena desfilaban los caballos con sus arreos de lujo, algunos “chapeados”, es decir, con aplicaciones de chapa y plata, y otros de cuero crudo, más conocidos como “sogas”. 

“Lo sigo todos los años, soy un entusiasta de los emprendados, del tema de la posibilidad que tiene la gente que hace la tradición del país. Es un evento que la gente sigue, hay un enorme entusiasmo, la pista está llena. Esto empezó en un momento en el que era un show más y ya se ha convertido en un día especial de la Rural, lleno de tradición”, resumió Luciano Miguens, presidente hasta 2008 de la Sociedad Rural Argentina, quien aprovechó para recordar el conflicto del campo de ese mismo año. 

“Creemos que la ciudad tiene verdaderamente contacto con el campo. Hay que terminar con ese antagonismo campo y ciudad que no tiene nada que ver. Hoy el campo y la ciudad, como se demostró en aquel famoso conflicto de 2008, en que la ciudad apoyó tanto al campo. Me parece que eso es bueno, porque todos tenemos raíces en el campo, así que es bueno sentir cómo la gente apoya este evento”, concluyó. 


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